UNA MASCARA MUY PESADA

lunes, 24 de mayo de 2010

TUS MANOS, TU SONRRISA, SOLO QUE...


Quiero que cambies, que no seas más nada sino tu misma, pero no creo que se pueda.

Que no se pueda cambiar lo que no quiere ser cambiado; aquello que me agrado hoy me provoca rechazo.

Rechazo que me duele, me hace alejarme, sentirme solo, añorando aquellos días que ya pasaron, que se grabaron y no volverán.

Volverán, si quieres, solo así. No importa lo que yo quiera si no que tu quieras también lo que quiero.

Quiero que aquellos nubarrones se vayan, que aquellas caricias vuelvan acompañadas de sus besos.

Besos que no he dado, besos que he guardado y finalmente desechado por no querer retenerlos. Ocupaban espacio.

Espacio que hoy necesito para mí, para mi poca cordura, falta de certeza, ignorancia del destino y dureza que me corroe alma.

Alma mía que sale de noche a vagar en soledad sin rumbo, círculos infinitos casi perfectos en su martirio silencioso.

Silencioso debo ser, callado debo estar, paciente de un hospital psiquiátrico sin doctores ni pastillas mas que tus caricias y besos, de los cuales no se mas.

Mas si pudiera hablarte y sentir la piel de tu rostro ¿Me creerías que soy real? ¿Que no soy un mero invento más de las crueldades del mundo?

Mundo que recorrido de punta a punta, de calle a calle, de bar en bar, de noche en noche, de guerra en guerra, de casa en casa, de balcón en balcón.

Balcón en el cual has estado tu, solo que con cuerpos y formas diferentes, pero siempre has sido tu.

Tú que apareces y ni me buscas ¿Será que solo existes para mí?

¿Existiré para ti?

viernes, 7 de mayo de 2010

SOLO QUE A VECES NO SOY YO, SI NO OTRO.


Otro! ¿Será? ¿Cómo es posible?

Creo que la respuesta yace muy dentro de mí, en los oscuros recuerdos, en aquellos días que las lagrimas cayeron al suelo, mal gastadas en una vida que no me satisface, en una búsqueda de jamás acabar.

Recuerdo aquellos tiempos ¿Tu?

Es interesante, como se divide la vida, se divide mi cabeza, mi ser en su parte real y una imaginaria.

Ambos viven juntos y separados. Pelean constantemente, retenidos entre paredes de ética y razones creadas o impuestas.

Uno bebe para contener mucho si se lo propone y aunque no me creas, yo puedo contener lo incontenible, domar al incontrolable caballo pasional de Platón.

La vida te dice que debes controlar a tu cuadriga, razón y pasión. Hay pasión a donde has ido que me has abandonado una vez mas. Solo vuelves a ratos imperceptibles para mi yo real.

Este rostro que se desfigura dentro una máscara, podría decir tanto y nada en lo absoluto.

Mirar a medias, hablar a medias, tejiendo una bufanda de cadenas, pesada cual es la cruz del destino, aquella hecha de hojas desojadas del árbol de la vida.

Solo que tengo miedo, de que mi lado perverso se despierte, se revele, se vuelque contra mí, con cólera de mil años de opresión racional, de autocontrol y de ética impuesta.

La venganza será terrible! La lucha será hasta el último hombre, hordas incontrolables bajaran de desde mi cerebro y conquistaran músculo, carnes y huesos, movimientos y gestos, sonidos y boca, manos y caricias, besos y lengua.

Miro tu rostro y la batalla comienza, la mitad se mueve y la otra no.

Una mano ataja la otra.

Perdona si puedes, disculpa si prefieres o olvida si eso te conviene.

Te quiero así, no siendo yo sino otro. Solo lo puedo hacer de esta forma, por que no se hacerlo de otra manera.

Maneras hay muchas, métodos no tantos y remedios solo un puñado.

No es valiente ni determinado, pero constante, busca gotas en el río que cruza frente a el.

Lo bello de lo platónico, se vuelve absurdo e incansable. Agujeros en el corazón, uno hecho a fuego y sangre, golpes y caricias.

Solo que a veces y solo a veces, como y ahora, no soy yo, sino otro.

martes, 4 de mayo de 2010

LA FUERZA LLAMADA DIVAGUE




La constante de nuestros días, tardes y noches.

La mezcla perfecta de locura y razones espontáneas, mezcladas como una masa homogénea, en la cual no hay más ni menos de uno y otro.

A veces, tan solo a veces, solicito algún tipo de aclaración sobre estos oscuros pasajes de la mente.

Llenos de un contenido no muy claro, de una doble intención, de tristeza y alegría.

Es obvio, que debo decirte que no estoy usando mi máscara en este instante, tampoco ayer ni mañana.

Si quisiera, podría pasarme toda mi vida en esta hamaca que pone el destino en mi camino. Casi todas las noches.

Sus hilos y sogas son de ingenuidad, puntos de creatividad, trama de locura pura y espontánea, conformando un conjunto coherente y sustentado muchas veces en los pilares de la razón.

Esta ubicada en corredor jeré, el cual rodea nuestra mente paraguaya y no tanto.

Dentro de aquel corredor vemos nuestras amistades intimas, no tanto y conocidos meramente.

Hecho de ladrillos de verdades y mentiras piadosas.

Lozas brillantes de ideas y pasos perdidos en el cajón del olvido colectivo al cual obligados subimos sin preguntar, sin resistir. Parte de la vida paraguaya.

Será, que al hamacarme todas las noches en este objeto imaginario y sólido a la vez, me siento conectado con todo y nada a la vez.

Es que quizás, y solo quizás falte aquel angel negro, el amor negado a mi por el destino y el tiempo, que solo aparece cuando no estoy listo para recibirlo y desaparece tan rápido que no un beso logró sentir.

¿Por que debo conformarme en hamacarme con las fuerza de pequeños seres, a los cuales siento mas no puedo ver?

En el vaivén de la vida nocturna que llevo, que no me lleva a ningún lado sino al inicio del todo, encontraré las respuestas que no busco, hallaré al amor al cual no deseo y crearé aquello que no he pensado.

lunes, 3 de mayo de 2010

LA OBRA INCONCLUSA..


Quizás el mayor castigo que he tenido como artista, son mis obras inconclusas.


Cuales acertijos sin solución, teoremas de Platón con aritmética de Sócrates y un carácter revolucionario de Engels y Marx.


Difíciles son estas batallas sin vencedores ni vencidos.


Complicados movimientos, técnica, materiales que se desvanecen en un campo de batalla de tela, oleo y alcoholes.


Noches y amaneceres con sabor amargo de café y mate recalentados.


Se ríen de mi, me hacen sentir pequeño e indefenso. Son duendes malignos que se mofan de mí.


Recorren mi taller, manchando, tirando y regocijandose con mi locura por verlos acabar.


Son duelos de horas, días, meses y años, en los cuales mi brazo, mano y mente se han ido desgastando.


Cobran vida, tiran mi pinceles por doquier, malgastan el preciado aceite de Pándora.


Los lápices calan profundas heridas en ellos, mas no los derrotan.


Es duelo de las mil y una noches, sin espadas ni escudos. Desgarradores trazos que acaban en la nada.


El negro sirve solo como mortaja de aquello en lo cual no he podido vencer a mi mismo.


A veces, y solo a veces, me dejado vencer después de tanto dolor. No soy aquel que piensas que con un golpe tiraras al suelo y no se levantará.


No, ni lo intentes, solo me harás mas fuerte, aunque te digo un secreto:


"Depende de donde golpees"


Depende tan solo de apuntar a donde duele, a donde me hiera de muerte.


Herido ya de muerte, sangrare, te abrazaré y te besaré como nunca te han besado.


Me sentirás tuyo.


Póstrame en el suelo, capaz que en el encuentre el silencio y la paz que en vida no tuve.


Gracias, por librarme de mis demonios. Gracias, que por un segundo sentí la conclusión de lo inconcluso.