UNA MASCARA MUY PESADA

lunes, 3 de mayo de 2010

LA OBRA INCONCLUSA..


Quizás el mayor castigo que he tenido como artista, son mis obras inconclusas.


Cuales acertijos sin solución, teoremas de Platón con aritmética de Sócrates y un carácter revolucionario de Engels y Marx.


Difíciles son estas batallas sin vencedores ni vencidos.


Complicados movimientos, técnica, materiales que se desvanecen en un campo de batalla de tela, oleo y alcoholes.


Noches y amaneceres con sabor amargo de café y mate recalentados.


Se ríen de mi, me hacen sentir pequeño e indefenso. Son duendes malignos que se mofan de mí.


Recorren mi taller, manchando, tirando y regocijandose con mi locura por verlos acabar.


Son duelos de horas, días, meses y años, en los cuales mi brazo, mano y mente se han ido desgastando.


Cobran vida, tiran mi pinceles por doquier, malgastan el preciado aceite de Pándora.


Los lápices calan profundas heridas en ellos, mas no los derrotan.


Es duelo de las mil y una noches, sin espadas ni escudos. Desgarradores trazos que acaban en la nada.


El negro sirve solo como mortaja de aquello en lo cual no he podido vencer a mi mismo.


A veces, y solo a veces, me dejado vencer después de tanto dolor. No soy aquel que piensas que con un golpe tiraras al suelo y no se levantará.


No, ni lo intentes, solo me harás mas fuerte, aunque te digo un secreto:


"Depende de donde golpees"


Depende tan solo de apuntar a donde duele, a donde me hiera de muerte.


Herido ya de muerte, sangrare, te abrazaré y te besaré como nunca te han besado.


Me sentirás tuyo.


Póstrame en el suelo, capaz que en el encuentre el silencio y la paz que en vida no tuve.


Gracias, por librarme de mis demonios. Gracias, que por un segundo sentí la conclusión de lo inconcluso.


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