UNA MASCARA MUY PESADA

martes, 4 de mayo de 2010

LA FUERZA LLAMADA DIVAGUE




La constante de nuestros días, tardes y noches.

La mezcla perfecta de locura y razones espontáneas, mezcladas como una masa homogénea, en la cual no hay más ni menos de uno y otro.

A veces, tan solo a veces, solicito algún tipo de aclaración sobre estos oscuros pasajes de la mente.

Llenos de un contenido no muy claro, de una doble intención, de tristeza y alegría.

Es obvio, que debo decirte que no estoy usando mi máscara en este instante, tampoco ayer ni mañana.

Si quisiera, podría pasarme toda mi vida en esta hamaca que pone el destino en mi camino. Casi todas las noches.

Sus hilos y sogas son de ingenuidad, puntos de creatividad, trama de locura pura y espontánea, conformando un conjunto coherente y sustentado muchas veces en los pilares de la razón.

Esta ubicada en corredor jeré, el cual rodea nuestra mente paraguaya y no tanto.

Dentro de aquel corredor vemos nuestras amistades intimas, no tanto y conocidos meramente.

Hecho de ladrillos de verdades y mentiras piadosas.

Lozas brillantes de ideas y pasos perdidos en el cajón del olvido colectivo al cual obligados subimos sin preguntar, sin resistir. Parte de la vida paraguaya.

Será, que al hamacarme todas las noches en este objeto imaginario y sólido a la vez, me siento conectado con todo y nada a la vez.

Es que quizás, y solo quizás falte aquel angel negro, el amor negado a mi por el destino y el tiempo, que solo aparece cuando no estoy listo para recibirlo y desaparece tan rápido que no un beso logró sentir.

¿Por que debo conformarme en hamacarme con las fuerza de pequeños seres, a los cuales siento mas no puedo ver?

En el vaivén de la vida nocturna que llevo, que no me lleva a ningún lado sino al inicio del todo, encontraré las respuestas que no busco, hallaré al amor al cual no deseo y crearé aquello que no he pensado.

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